Invertir vs "Ayudar"
Invertir vs "Ayudar"
Siempre que pensamos en pobreza, nos vienen
a la mente paisajes desoladores, gente durmiendo en las calles, niños
desnutridos, animalitos muertos. Nos indignamos cuando nos hablan de la
corrupción que contribuye a esa pobreza, de los políticos que se aprovechan de
la necesidad de las personas y les prometen cielo y tierra con tal de obtener
un voto y garantizarse un puesto en el Senado, el Consejo e inclusive, la
presidencia. Sin embargo, olvidamos que nosotros, “los del común”, diariamente
garantizamos la existencia de esa pobreza, tanto así que hemos convertido esto,
la pobreza, en un negocio de bajo riesgo y mínimo esfuerzo.
Un ejemplo sencillo de ello es nuestro
viaje diario en el transporte público. Lugar en el que son compartidas millones
de historias, historias alegres o tristes, historias que nos mueven el corazón,
en especial si de la mano de esos oradores viene un ser tan inocente y sin
culpa, un bebé, un niño; historias que siempre finalizan con la frase “quienes
puedan colaborarme con una moneda, no importa cuál sea…”. Segundos
después, esa persona se bajará de ese bus con algunas monedas más en el
bolsillo, si ha tenido suerte, o resignación, si nadie compartió con él ni el
saludo. Quienes "colaboraron", sentirán un fresquito, sentirán que de
verdad han ayudado a esa persona que ha caído en desgracia, se sentirán, tal
vez, mejores personas. Otro ejemplo, tu mamá se acerca y te dice que escojas la
ropa que ya no usas y la pongas en bolsas para después darles esas bolsas a las
señoras que están en el parque pidiendo colaboración. De nuevo, sentirás ese
fresquito, sentirás que ayudaste, porque...donar ropa y dar monedas es ayudar,
¿no?
La respuesta a ello es no. Le diste a ese
señor con el bebé, monedas que, entre comillas, te sobran, y a las señoras del
parque, ropa que también te sobra. Eso no es ayudar. Y no solo porque no has
hecho más que deshacerte de algo que no extrañarás, también has contribuido a que
esa persona, que tal vez tenía metas y sueños, prefiera permanecer en esa
pobreza, sin esforzarse, sin arriesgarse, y sostenida únicamente por las monedas
que la lástima que genere en los demás, le deje. ¿Ahora entiendes porqué nosotros,
“los del común”, también contribuimos a la permanencia de esa pobreza? Pobreza
que no solo es material sino también mental.
¿Soluciones? Varias. ¿Qué tal si apoyamos a
la muchacha que está vendiendo esas bonitas flores que ella hace en origami
para pagar su semestre de Diseño Gráfico? ¿Qué tal si dejamos de
dar monedas a lo loco a aquellos que se suben a pedir dinero o a esas personas que
vemos viviendo en las calles? ¿Qué tal si dejamos de ver a los “pobres” como
almas en desgracia que no tienen nada más para ofrecer a la sociedad que historias
tristes y manos extendidas en busca de monedas? Muchos de ellos, extienden en
realidad su mano en busca de la tuya, de tu apoyo y confianza, de una
oportunidad para demostrar lo mucho que pueden lograr si alguien les permite
salir de ese estigma de lástima, pena y desdicha.
¿Qué tal si inviertes en ellos?
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